Daphne M.

Cuando tenga dieciséis

Como loro esa niña repetía
cuando tenía quince dulces años
A dieciséis voy a cambiar mi vida
voy a desafiar a Dios y ser la dueña de mi destino,
que Él ni nadie va a marcar mis pasos,
no dictara cómo acabare
a cuatro metros bajo tierra.
La vida pertenece al que nace y no a quien la crea.

Pero
aún con treinta años
la débil mujer nunca cambio la dirección de su vida;
estancada en el mismo trabajo,
en la misma casa,
en la misma vida,
vida controlada como marioneta
por un allegado muy especial
bajo el nombre del amor y protección
de un mundo despiadado y frío.

Esa débil mujer escribe cada noche
sobre libertad, independencia,
rebeldía, romper moldes,
y se pregunta si con estas palabras
es hacer trampa a su consciencia.