Raul Gonzaga

Interminable esperanza


Dónde quedaron tus besos,
en la fiebre de mis labios,
así como entre mis manos
las caricias de tu cuerpo;

dónde guardo tus silencios
en el lugar más sagrado
de mi alma y aquel regazo
en mis amados recuerdos;

do quedaron las promesas
de ese amor interminable,
la ilusión de esa entrega,

de un mañana que no acabe
en mi ser todo se queda
como esperanza constante...