Otoño

Cien años, ámame

No sabes cuánto envidio los amores 

de Amaranta y Aureliano.

Pues gozaban del pecado

pero que nadie les llame cobardes porque eso sí fue amor del bueno.

 

A escondidas del marido

otro amante cantaba.

Así me quiero perder contigo

sabiendo que es tu libro preferido.

 

Contigo también quiero sentir 

esa pasión insensata, desquiciante

de aquel delirio 

de los amores arrasados. 

 

Ámame así

con locuras y con todas las fuerzas de tu corazón.

Pues tienes pasión por las letras

yo tengo más que un poema.

 

Quiero todo de ti

tu piel al desnudo.

Ese es el amor verdadero

como los amoríos de Amaranta y Aureliano

 

Esas caricias pecaminosas 

es lo que quiero contigo.