Ron Alphonso

Amanecer cincuenta y siete

Amanecer cincuenta y siete

Día de transición, tranquilidad, paz...
Estuviste atenta por momentos,
entiendo la medicación,
alta en sedantes y antibióticos.

Tu nuevo conflicto es bien molesto.
Nuestra amiga Hilda Lucía,
la dama Antioqueña,
nos envió recomendaciones importantes que tomamos en cuenta de inmediato,
para curar esa úlcera horrible.

Te admiro cada día más,
por esas ganas de vivir,
te juro que lograremos el objetivo.
Tu voluntad,
la bendición de Dios,
el importante apoyo familiar,
las oraciones,
el amor de nuestros amigos de las redes,
el afecto y energía que me dan mis hijos...
Luisa Fernanda, apagando mis fuegos, todos.
Jimmy, transportándome y escuchando mis locas elucubraciones,
me han vuelto Súper Cascas,
por ti y para ti,
mi dormilona señora, Doña Milagritos.

Me sigue pareciendo difícil,
despedirme cada noche de ti,
el cansancio me vence,
pero la madrugada me saca de la cama,
sin importar el día,
solo me mueve el inmenso anhelo,
de llegar a tu lado,
agradecer a Dios por cada momento contigo
y empezar mi agradable rutina de acicalarte,
cada día con un nuevo peinado,
tu masaje de estimulación,
nuestro primer café
y la visita de los especialistas y terapeutas,
que son personas muy especiales,
llenas de afecto,
humanidad
y conocimiento de su quehacer;
ya te contaré, mi amor, sobre ellos,
los angeles de blanco que han ayudado a que hoy, estés en un proceso de recuperación importante.

Ron Alphonso
20 de febrero 2021