Ron Alphonso

Amanecer cincuenta y cinco

Amanecer cincuenta y cinco

Hoy te miraba y pensaba en lo irónico de la vida.
Cuando decidimos emprender nuestra...
aventura de la casita campestre,
viene este evento y retrasa todo;
pero solo eso,
un retraso.
Tendrás tu casita blanca.

Nuevamente una complicación adicional,
una herida por compresión
en tu espalda te afecta.

Como quisiera robar tu puesto en esa cama
y que tu tomaras las de Villadiego
y te fueras en una lancha rápida,
bien, bien rápido,
para que nadie te viera
y lograras ser feliz
mientras, yo duermo un poco.

Estas cansada en ese lecho de dolor,
girando cada dos horas,
comiendo por una manguera,
que termina en tu estómago,
respirando por un tubo que baja por la traquea hasta tus pulmones
y en el que pasamos oxigeno
para que puedas respirar.

Todas esas complicaciones
y tu tranquila allí,
sin protestar,
sin mostrar enojo,
concentrada en vivir,
mientras yo,
me agarro con Raimundo y todo el mundo,
por ti,
por tu salud,
por la vida misma.

Ahora duermo a plazos,
en segmentos de media hora,
extrañando tus huesitos,
mirando si estás y recordando que no,
que el destino fastidioso decidió separarnos,
pero aqui vamos,
invencibles,
aferrados a la fe en Dios
y al amor;
ya la señora de la hoz
y la túnica negra,
no pudo contigo,
seguiremos, Morita,
tenemos mucho camino por andar...

Ron Alphonso
18 de febrero 2021