Ben-.

Ondeaban las banderas!

Lívido pasa el cuerpo, histeria de alquimias mentirosas, de algas pronosticadas, de poderosos resortes de vida, de vida y muerte, y de recuerdos y rescoldos, como los silenciados en las esquinas

de unas ruinas invulnerables en su tiempo. Pasa

livianamente la mente, una nube erosionada,

un cuerpo triturado, una mancha llena de espermas

silentes, emancipados. Están desperezándose, poemas y poesías,

y dignos postigos de impaciencia, sombrías las lagunas, desordenados

los

látigos y las composturas. Tu cuerpo, pasa tranquilo, equimosis

de una magulladura abierta en los costados. Ah, cómo transcurre

el cuerpo, arrastrado por la gleba del populacho y las sierpes de las costillas!

Y cómo ahondan en ti sus tornillos, los calvarios de la sima

en que ondeaban las banderas sepultadas!

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