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Sólo sé que esa ave estaba alli, apoyada en la estructura de cemento del malecón a orillas del lago de Maracaibo, Venezuela... observando igual que yo , el maravilloso amanecer de ese dia...
Allí estaba mi hermosa ave acompañándome mientras respiraba aire puro y me extasiaba en los primeros rayos que apenas el astro rey dejaba asomar, dibujando en pinceladas la indescriptible belleza de la aurora, reflejando en las aguas serenas del lago, en esa calurosa madrugada, decidida a contemplar la salida del hermano Sol, admirando las luces milcolores en el horizonte, mientras que mi improvisada \"compañera\", el ave cantarina, entonaba su trova que llevaba en su armónico pecho, su gorgogeo, apoyada en la baranda de cemento...y yo, extasiada escuchando su canto matutino, saboreaba el delicioso y aromático café madrugador, sintiendo la suave brisa que acariciaba mi tez, revoloteando el viento mi cabellera!
¡Y...amaneció de pronto!... ¡saludando el sol al lago azul con su bello resplandor, resplandor de un SOL que sólo él sabe cómo enamorar y amar a su eterna y apasionada \"Maracaibo\"!...
Y segui caminando... hasta despedirme de esa espectacular vereda del lago, en donde llegué de madrugada para presenciar el momento cuando el sol aparece para calentar con sus ígneos rayos a la esplendorosa ciudad de Maracaibo!
Nhylath
(MZV-230415)
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