MARDON

EXTRAÑO DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD

Hace unos días, acudí al Hospital para ver mi trámite de operación de un pie.

Empecé hacer mi trámite desde el año pasado pero con la situación de la pandemia se estuvo postergando; en mi mente yo quería operarme en una extensión del hospital, un antiguo hospital privado arrendado por el hospital público, pero ya me habían dicho que no era posible y que pasara a ver a una funcionaria para que me indicara fecha de operación.

Soy una persona devota, no como yo quisiera porque me gana mi lado humano, lucho cada día por no ser del mundo pero realmente es una hazaña muy difícil de lograr, me caigo y me levanto; volviendo a mi anécdota, resulta que me dice esa doctora, \"te van a operar en el hospital privado rentado por el Hospital público\", me quedé sorprendida y solo pensé en mi mente \"gracias Dios\".

Fui al inicio de la semana a darle continuidad a mi trámite de operación, aprovechando que tenía que ver a una hermana; y al llegar al hospital arrendado por el hospital público me dice la doctora responsable de las cirugías: -¿quién te atiende?- y le respondí el nombre del médico;
y me dice te van a operar el próximo domingo catorce de febrero, y me pregunta: -¿de los dos pies?- Muy valiente respondí que sí; que: \"al mal tiempo hay que darle prisa\".

Domingo catorce de febrero, seis treinta de la mañana, acudí al hospital con mi hija porque te piden un acompañante para lo que se ofrezca.

Para el colmo llegué tarde porque mi hija con sus pequeñas se le dificultó llegar a tiempo. Dice mi hija hay que correr para llegar a tiempo, le digo no te preocupes, si Dios quiere, llegaremos a la operación y si no, pues será en otra ocasión. Ya en el transporte público iba orando un rosario a la Virgen de Guadalupe, pidiéndole que si era su voluntad todo saliera bien.

Llegamos al hospital, había poca gente, se sentía un poco de frío; me preguntó el oficial que a qué hora fui citada y con voz baja murmuré a las seis treinta (y ya eran las 7:15 a.m.), no dijo nada, y me preguntó de qué me iban a operar y le dije cual iba a ser mi cirugía.   

La recepcionista de reojo solo sonrió y no dijo nada. Me tomaron la presión, la oxigenación y la temperatura. Al terminar la recepcionista me dijo que pasara mi hija con los documentos para entregarlos, mientras me canalizaban a una radiografía de pecho.

Posteriormente, espere media hora y me enviaron al área de preparado para cirugía; muy gentiles los enfermeros me comentaron que el doctor llegaría como a las 10:00, seguí esperando y terminando de rezar mi rosario.

En cuanto llegó el doctor me dijo: -¿De qué la van a operar?- y le respondí amablemente. Revisó mis documentos y me dijo solo la voy a operar de un pie y dentro de dos meses para el siguiente pie. Era la tercera persona para ser operada; había antes dos citados más. Pero resulta que no llegaron y pasé al quirófano aproximadamente a las 10:30 a.m.

En el quirófano nuevamente me volvieron a tomar los signos vitales y me dijo la doctora anestesista que tenía muy bajo mi ritmo cardiaco que quizá no me iban a operar, le comenté que estaba nerviosa y que sentía mucho frío, pasados unos minutos se normalizó mi ritmo cardiaco y me anestesió; sentí como si introdujeran en mis piernas tubos empujando carne y sangre, un frío acompañado de un hormigueo recorrió mis piernas, dejé de sentir; el doctor comenzó a realizar la operación; en el techo había una lámpara,empezaba a ver la asepsia que le estaban realizando a mi pie; pero de pronto, pusieran una manta y ya no ví nada; traté de tranquilizarme; la cirugía fue rápida; me habían dicho que quizá me quedaría ese día en observación; pero al ser solo un pie, me enviaron a recuperación y a las tres de la tarde salí del hospital.

Es mi testimonio sobre lo importante que es tener fé y para mí fue un milagro de la Virgen de Guadalupe; estuve en varias religiones: católica de nacimiento, dos veces con los cristianos, una vez con los mormones, en otra ocasión estudiaba con los testigos de Jehová,pero con lo de la pandemia estuve viendo la misa católica y orando con la suegra de mi hija. Es increíble como obra nuestra madre de Guadalupe en nuestra vida si pedimos su ayuda; Jesucristo la dejó como nuestra abogada ante él.

Espero no herir la susceptibilidad de nadie, pero como toda una poeta que escribe sus emociones, no podía dejar de compartirles esta divina experiencia.

Bueno, cambiando de tema, al llegar a  casa me dice mi hija: -\"hay que ver una película, La tercera parte de la zaga \"A todos los chicos\"-\"; quizá soy tan cursi e infantil que me llaman la atención de los romances juveniles además que tengo adolescentes en casa; curiosamente me identifico con los personajes; \"son deseos reprimidos\" como afirmaría Freud pero bueno; no todos tenemos la vida que queremos. Vivimos en poemas, novelas, películas, sueños, y no es que no valoremos lo que tenemos, sino que de alguna manera son círculos pendientes de cerrar, deseos o fantasías o que sé yo. Pero algo que aun no puedo entender, es cuando se logra una conexión entre dos almas, independientemente de las circunstancias que las rodeen, si son honestas, surge el verdadero amor de una manera sobrenatural, que aun no encuentro palabras para entender o descifrar, solo dejo que el corazón sienta.   

Bueno, solo estoy elucubrando a raíz de este tiempo de reflexión.