Alejandra Diaz

El día de mi peregrinación

Me preguntan cómo estoy,

con esas miradas malévolas y sus palabras sínicas,

quieren hundirme,

lo que un día fue sangre, ya no lo es.

El punto de quiebre, el día de las promesas rotas,

se acaba el mundo, el mundo que yo forjé.

Suenan los cristales de mis sueños rotos,

ingrata vida, injusticias por doquier,

oscuridad abismal, silencio nocturnal,

Entierro fatal de las almas.

Me miran picando mis desgracias y mis fortunas,

con sus tenedores impecables, con su soberbia intacta.

Yo a pedazos caigo, entre nostalgias y penas.

Sola estoy en este barco que no se hunde,

en una balsa directo al inframundo, de frente a Hades.

Hoy saboreo mi desgracia, me impregno de su olor,

Me escondo entre tristes penumbras.

Aun así, espero ferviente el día de mi peregrinación,

el día de la guerra ganada.