Hoy te he visto pasar nuevamente
desde esta cárcel que cuida de mi existencia,
prisionero para siempre de mis penas,
sintiéndome culpable de la tragedia,
que cambió la historia de nuestras vidas,
desde aquella mañana, de aquel día…
Tantas veces te he visto pasar,
y no me conformo todavía,
Ya no eres aquella mariposa enamorada
que se posó en el marco de la ventana
y me miró con giocóndida sonrisa…
Ya no eres aquella… Ha pasado la vida…
Pero sigo recordando la misma imagen,
el mismo retrato, los mismos días…
Tú ni siquiera te imaginas,
los poemas que he escrito desde entonces,
aunque los rompa al otro día….
Cada detalle, cada recuerdo,
cada nostalgia, sin medir las horas…
Tú pasas en tu silla de ruedas,
y yo te veo desde la mía.