Adrian VeMo

Tras mi ventana

 

Yo sé que el mundo allá fuera

-tras mi ventana-

levanta sus pesados hombros de cera.

Y le pesan

las tierras donde suda la pólvora un cansancio de sinrazón

o los edificios tapizados con papeles verdes

y vemos con pánico de bolsillo como se desploman sus rodillas;

jamás pensé que el verde se ensuciara de humanidad

o fuese la estrella que dirija banderas.

Fuera sigue el mundo con su desesperada esperanza

de no cubrir toda la sal del mar con ácido negro,

evitando que la sonrisa pierda sus dientes párvulos

y el tigre deje de ser abrigo o alfombra.

Aunque bajo las mangas de la incentidumbre

hayan ases oscuros o luminosos

es esa herida o alivio de todavía palpar el mundo.

 

Mientras afuera sigue todo su curso

revoltoso, calmado, abstracto;

dentro, mi cuadrado universo me viene encima:

los agujeros negros me descosen el apetito de dudar

y quien diga que el cielo es la mar

nunca vi peces en la cola de un cometa

sólo naves anclar en el vientre de la luna.

 

Una supernova de energía fétida

revienta en mi sien

me envuelve su ola sideral

de espacio

de tiempo

de oscura física

de infinito sabor de no saber nada.