José Gomariz Fenoll,

Al viento

¿A dónde iré para, al fin, encontrarte?

¿Dónde esperas para que a ti me acerque?

Al viento nómbrame para orientarme,

que con su soplo, hasta sus pies, yo llegue.

 

Nadie podrá decir que estás aquí

o por allá, no te buscaré así;

pues hoy eres como luz de relámpago

que brilla de un extremo al otro en lo alto.

 

Todos estos años he operado

para ofrecerte mi buen servicio,

que tu labor quede en buenas manos

y tu nombre no merme en prestigio.

 

Haz que para él haga mi trabajo,

tú que aprecias el trabajo fino.

Mi labor, sujeta a tus mandados,

te hará su aspiración con sigilo.