Ron Alphonso

Amanecer cuarenta y cuatro

Amanecer cuarenta y cuatro

Cada dia que amanece,
llego a tu lado y veo esos ojos de esmeralda abiertos, sin importar que no me veas,
admiro lo hermosa que yo te veo,
tomo tu mano
y agradecemos a Dios por el nuevo día,
una oportunidad mas para estar juntos,
para sentir alegrías,
sensaciones que solo tu y yo sabemos,
es cada día una primera cita,
llena de espectativas.

Hoy te luciste,
te visitó la Neuróloga que te recibió en la UCI, aquella triste noche de Navidad,
quedó admirada de tu progreso,
te pidió mover la mano, obedeciste,
le gustó tu peinado,
le conté que no habías querido hacer ejercicio, pero si muequitas y carantoñas de Chilindrina,
sonreiste y la Doctora quedó encantada,
me felicitó por la constancia
y a ti te echo flores por tu valor
y ganas de vivir.
Te luciste, mi amor.

Yo tambien quedé admirado,
es la primera vez que haces algo...
frente a los Neurólogos.
Esa es mi chica, si señor.

Domingo feliz, que grande eres mi Monita,
como no adorarte,
como sentir cansancio,
si solo me das satisfacciones ante las adversidades,
que gran lección me das,
desde tu mundo de sombras
y sin contar con tu precario estado,
tomas tiempo para enseñarme,
que hay que estar alegre,
porque es mejor morir de risa,
que vivir haciendo rabietas.
Gracias infinitas por la vida que me das.

Ron Alphonso
7 de febrero 2021