Sunny Starr

Y comencé a soñarte (II)

Comencé esa noche a pensar en ti. 

Tu rostro se formaba en mi mente. Tu nombre estaba en mis labios.

Y qué más podía yo hacer? 

Nada! Porque todo eso era más fuerte que yo. Mi ser entero se dejaba llevar hacia nubes infinitas en el momento de pensarte. 

 

En el momento de susurrar tu nombre. En ese instante en que imaginaba abrazarte. 

 

Esas noches, recostada en mi cama, a punto de dormir, no podía entregarme al sueño, sin antes imaginar que estabas conmigo. 

 

Ahora quisiera preguntarme:  ¿por qué?

Por qué me pasaba eso? 

Pero no hay respuesta. 

Solamente mi corazón responde, con sus latidos cada vez más fuertes. Y los escucho. Tan claros, tan precisos, que solo puedo callar ante esa verdad. Ante esa respuesta que claramente sé. Que realmente conozco.

Sí.

Sí! 

Yo te soñé! 

Yo te imaginé! De tantas formas junto a mí! Y suspiré! 

En el aire te besé. 

Te acaricié. Te miré. 

Desde esa noche sin darme cuenta. Sin saber hacia dónde ese deseo me iba a conducir ...