Fernando?

Sin ella

Pretender que renuncie a tu compañía sería como pedirle a las estrellas que aparezcan sólo si es de día, ¿De que serviría?

Me han prometido el éxito en esta vida, pero es vano si no te abrazo en los triunfos y fracasos de mi extenuante rutina.

Viajar por el mundo y conocer tantas maravillas, no lo deseo si a cambio debo desprenderme de tu esplendoroso amor.

Las caídas dolerían más teniendo roto el corazón, las alegrías serían fingidas, porque de la felicidad, tú eres la razón.

Con desconocimiento en tu totalidad, la gente se atreve a opinar, dicen que algo mejor vendrá, se trata de una ilusa revelación.

No entenderían jamás que dos vidas no alcanzarían para encontrar un tesoro como el que por fortuna encontré en tu corazón.

Tus huellas, un rastro mínimo, la señal minúscula casi indetectable, es la indispensable necesidad para encontrarte.

En lo profundo de un sueño, en un rincón imaginario, quizá en tu amado acuario o en las estrellas de los dos, pondría reconocerte.

Pretender olvidarte sería tan absurdo, tal como pedirle a un niño la renuncia a la creencia de que el universo es todo suyo.