Adelaine Soto Alvarez

SUPLICA

 Hay una mujer desplegada

Llena de disparates y holocaustos

Que gime sin cordura

En un tono mayor

 

Parece más un aullido

En medio de la selva pueblerina

Que destruyo su risa más armónica

Y la llevo del brazo

Por senderos de fuego y tembladera

 

Esta mujer mancillada

Con la auto estima regada por su falda

Lleva una rosa roja

Prendida de su pelo

Con olor a naturaleza pura

Para aliviar el paso.

 

Creyó en un soberano azul turquesa

Y resultó ser un simple troca mundo

Bajeado en suburbios y cortes reales

Llenas de intereses mezquinos

 

Esta mujer que teje y teje

Sin cansancio

La madeja del amor y la ternura

Se le ha perdido el nombre

El habla, la audición

Y hasta el sentido

 

Desnuda y turbia

Aplastada por feroces arpías

De dos patas

Y un montón de ermitaños

Entre vástagos

Y zapadores mediocres

Que despedazan sus visiones