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Treinta y tres años…

Treinta y tres años…

(29/01/1988 – 29/01/2021)

Mirta…

 

Mitad justa de mi vida

son los años que han pasado,

y aún parece una mentira

que no estás mas a mi lado!

 

Aquella tarde de enero,

última vez que te vi,

que hablamos y te di un beso

sin saber que a horas de ahí…

 

Marcharías de este mundo

por tu propia decisión,

sin sospechar ni un segundo

lo mal que estarías vos!

 

Luego el salir a buscarte

e intentar averiguar,

algo de ti en todas partes

sin nada que rescatar.

 

Se hizo de madrugada,

creo que más de las tres

y nuestra prima Susana

al pasar me dijo que…

 

Poseía una noticia

muy tristemente puntual,

pues la llamó la justicia

de la rama policial…

 

Hacía escasos minutos

pues tú supiste dejar,

de su teléfono el número

para poder avisar.

 

Así fue que me enteré

de manera muy casual,

pero no podía creer

que aquello fuera real.

 

Estaba Betty a mi lado

y con Susana, los tres,

hacia el centro nos marchamos

porque te quería ver…

 

Y sacarme así la duda

de esa tan triste verdad,

tan terriblemente cruda

e imposible de aceptar!

 

Tu cuerpito allí no estaba,

sí, en la Morgue Judicial

esperando practicaran

una autopsia general.

 

Por tal razón nos volvimos

y casi a las once ya,

a nuestros viejos tuvimos

de esta desgracia alertar!

 

Ellos estaban despiertos

justo al pie de la escalera,

me parece ahora verlos

entre mis brazos que fueran…

 

Los que a ambos cobijó

al momento de contarles,

del tan profundo dolor

que debiera de causarles.

 

Llantos, angustias y penas,

y tremenda desazón,

de allí en mas, una condena

de recuerdos, hasta hoy.

 

A la justicia forense

o la Morgue Judicial,

tuve que ir personalmente

para poder asentar…

 

El que tú eras mi hermana

aunque ahí no estabas mas;

sólo un cuerpo en una caja

tan frío como el cristal!

 

Me acerqué te di otro beso

esperando tu besar,

pero no, no hubo regreso,

tu alma se fue a volar!

 

A poco voy escribiendo

es volver a revivir,

cada instante, cada hecho

y pienso… cuanto sufrir!

 

Cuanto hay que padecer

en esta vida tan loca

y me pregunto… Por qué

mucha gente no le importa…

 

A veces, nada de nada,

cual si fueran inmortales

pero bueno, son palabras

y penosas realidades!

 

De ese lugar tan funesto

me subí a una ambulancia,

junto al chofer y tus restos

donde luego te velaran.

 

Allí tu cuerpo quedaba,

donde se lo preparó,

mientras que iba y buscaba

a nuestros padres…Por Dios!

 

Fue desgarrante el encuentro

que ambos tuvieron con vos

y hasta aquí llego con esto,

el relato culminó!

 

Intacto está mi cariño

y así ha de continuar,

desde que éramos niños

y hasta que llegue el final!

 

Luis A. Prieto

29/01/2021

Bs. As.

Arg.

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