Mael Lorens

SOY UN PUTO GATO QUE NO LLEGO NI DE COÑA A LEOPARDO

Secretos sesgados, nueces, avellanas , almendras y vino tinto,un demente, una doncella sin caballero, sin espada, sin escudo, ni escudero, en un Castillo muy pequeño, en el patio central, hay un hombre tirado y sangrando en el suelo, aquí no hay cementerio, ni enterrador, ni tumba, ni cura que le rece al muerto.

¿ No ves su Alma gritando pidiendo que lo enterremos ?

Un rayo de sol, por la ventana redonda de la Torre más alta, con todo el descaro entra sin avisar, se oye el gallo con fuerza cacarear andando muy chulo mostrando con orgullo su grande cresta, anuncia que es el rey del gallinero.

En ese mismo instante entran por la Puerta principal del Castillo las plañideras, que para quien no lo sepa, son las mujeres contratadas para llorar al difunto en cuestión, que es el que antes estaba muerto y tirado en el suelo.

Quiero pensar que alguien las ha llamado, y el difunto será bien velado y llorado, ....yo mientras, ..narró toda la ceremonia que se prepara en la novela que escribo, despierto mi cuerpo con aguardiente y un café solo muy cargado.

Una estrella desnuda pasa a destiempo por el horizonte, ha debido estar con algún amante, y le ha sorprendido el amanecer, se le veía aún su desnudo y bello escote resplandecer.

Unas nubes a lo lejos andan sueltas, no sé si se acercan o se alejan. Ahora estoy seguro que hoy me he levantado con la tristeza torcida, la esperanza rota, y tu imagen que me atraviesa sin cesar esta mi testa loca.

Vienen hacia aquí todas aquellas nubes que ahora son casi negras, y luego llega otra, y otra, se aproxima una gran Tormenta, como me gusta oír los truenos, ver los relámpagos y los rayos caer a lo lejos, luego, ese olor a tierra mojada que me hace sentir la vida como si fuera solo mía.

En realidad soy un puto Gato, ni de coña cuando crezca llego a Leopardo. Me duele todo el cuerpo, yo diría que me tiembla el miedo, nada para mí tiene ya sentido, me sigo suicidando con un cigarrillo,
y luego otro, y otro, y otro, me voy asesinando poquito a poco, despacio, muy despacio, soltando humo y más humo, poco a poco me esfumó y fumo y fumo.

Caen las primeras gotas, aquí en este rincón acurrucado me quedo a presenciar el espectáculo, mientras, sigo escribiendo la historia que narraba cuando iban a velar al muerto en el Castillo.

A lo lejos se oye el primer trueno, el retraso que sucede entre que vemos la luz del relámpago y escuchamos el sonido del trueno, sirve para estimar la distancia a la que está la tormenta, pero si el relámpago y el trueno son simultáneos, la tormenta la tienes encima , pero cada tres segundos de retraso con el que escuches el trueno, la distancia de la tormenta se incrementa en un kilómetro .

De las Rosas no nos queda nada más que el nombre, como de todas las cosas, el Mundo de repente ha dado un cambio tan profundo, que ha perdido totalmente el Norte, caminamos como errantes judios sin rumbo, totalmente perdidos, sin tierra prometida, en nuestro destino no sé deslumbra nada bueno.

El aguardiente me ha hecho tener este pensamiento caótico voy a seguir con mi novela

¿ Por donde andaba, que decía, por dónde iba, que pensaba ?

Ahhhh si, iba a comenzar en el Castillo la ceremonia del velatorio, pues como iba diciendo...

Mael Lorens
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de Autor 27/01/2021