MARDON

TE VÍ...

Te ví…

Tus ojos parecían sorprendidos,

a la par de que tu boca articulaba

un saludo casi inentendible;

mientras yo petrificada, me perdía

en la profundidad de tus ojos.

 

Te ví…

Y el terror no me permitía

que pudiera acercarme a ti;

era una atracción ciega

que me enmudecía;

me consumía no poder hablarte.

 

Te ví…

Y mi mundo quedo atrapado en ti;

te hiciste luz de mis noches

fuiste largas vigilias sin fin;

dejando que tu nombre se durmiera

por siempre en la comisura de mis labios.