J Picado

Las puertas de un corazón cerrado

En un atardecer frente al mar escuché su nombre

llegó, así como el viento que alivia de sorpresa sin esperarse

una mente brillante, una mirada que todo lo analiza y una sonrisa hermosa

 

Y yo sin saber que pasaba fui atraído a un café, a un pasillo de supermercado

a un bar improvisado y unas cuantas historias de un pasado muy presente

puertas mentales abiertas como un libro que atrapa a su lector

fascinado por sus palabras, su materia gris y esa sonrisa...

 

Un beso fugaz, una trampa letal

caí preso a voluntad propia, mi condena fue directa

sin expectativas, sin reciprocidad

no hay tiempo que malgastar 

 

Y sin embargo lo excepcional no se cuestiona

solamente se aprecia y se deja ser

fugaz o no fui parte de ella 

vi sus lágrimas caer y no tuve palabras que decir 

pues yo no puedo llorar, lo que sienta debe morir

 

Así lo pidió ella y así he de hacerme a un lado

pues llegué a las puertas de un corazón cerrado

 

Es mi culpa, decir cosas siempre tan abiertas

hay que entender cuando se cierran las puertas

cuando llegas de forma pasajera, deseando quedarte

sabiendo que la visa se te negó en ese instante…