Alberto Diago

AMOR PÓSTUMO

Si cuando el silencio inerme

en la fosa me acompañe,

amarme... tú quisieras

y apegarte a mis recuerdos:

Abraza mis cenizas,

mas... no las abraces mucho,

no sea que tu arrullo

en la eternidad me encuentre. 

Y cual ladrón furtivo

me robe tu existencia,

para hacer que la presencia

de la muerte nos enlace;

¡y que al fin...

mi amor te alcance!,

como fantástica osadía

de mi póstumo pecado.

 

¡Mejor... que no me abraces

en aquel sitio sagrado!

 

xE.C.