Raul Gonzaga

Un triste ocaso de amor


En lontananza me pierdo
en una llama encendida
me redimo, vida mía,
por lo mucho que te quiero;

y convertido ya en fuego
hasta tu cuarto, tranquila,
como un rayo que agoniza,
entre tus brazos me quedo;

y percibo tu respiro,
ese aroma mentolado
esa seda en que consigo

recobrar lo que más amo:
y me entrego a ese camino
a morir en tu regazo...