Luis E. Calderon Romero

Es cierto....

Es cierto....Tienes la figura delgada

y nunca te rasuras.

Eres como un rezago de las cosas pasadas,

de lo bueno que dura.

 

Me contastes anoche, con tu sonrisa tierna,

las penas que te causan

la posición paterna y hablas de tus hermanas,

como rayos de sol durante la mañana

y pones a tu madre

como fuente querida de belleza profana.

 

Practicas el inglés....Te vas a Nueva York.

al estudio,al trabajo o a consentir el rock.

¿O a compartir en ese monstruo urbano de la tierra

la soledad inmensa de la gente moderna?

 

¿Serán realizaciones o será sólo huida,

de los traumas y golpes

que te ha dado la vida

o será sólo el lánguido y triste desencanto,

enredado en el ritmo de un canto vallenato?

 

Sin embargo, yo tanto te miro suavemente.

Me gusta tu vehemencia,

tu cálido coraje por partir prontamente,

tu pícara mirada y tu actitud feliz

y esa pequeña mancha que luce tu nariz.

 

Eres rayo de luna que capturó la tierra

posees esa dulzura de la mujer costeña,

esa rara prestancia de las damas eternas

y el aroma lejano de las olas abiertas.

 

Quiero darte estos versos que compuse esta noche,

con sangre de las algas, molidas con corales.

Con la sal, con el yodo, la espuma de mis mares

y la arena y las palmas de mis dos litorales.

 

También quiero trenzarte con las lianas secretas

una diadema extraña de las selvas inmensas,

con el seco misterio del indio coreguaje

y el reluciente polvo de llanos orientales.

 

Y cuando partas pronto,

como quien va hacia el polo

quiero que leas mis versos

mientras vuelas, mi todo.

 

Y si yo no he zarpado,

si todavía persisto

en mis zonas erróneas,

sueña que nunca has visto.

 

a este ser que se asienta

en cosas ya pasadas.

Y si en ese momento,

haces posar tus dedos

 

sobre tus labios finos

y luego los trasladas

al cristal del avión

 

como enviándome un beso,

me abrirás el camino,

Y a volar tras tus pasos.

 

Se irá mi corazón.