Elizabeth Maldonado Manzanero

cotidianidad

Este juego absurdo de estar vivo

me ha atrapado en su engranaje.
marcha sin prisa hacia la tarde

los caminos de las luces hoy se apartan,
evoco incomprensible las miradas

el paraíso de tu abrazo se ha borrado
sólo queda en mi memoria las palabras
con un temblor que contenía mi aliento,

de pena y horror quede preñada

con un incomprensible adiós
que me atormenta y me acompaña.
Espero desolada, sabiendo que marchaste

y sin retorno, sin promesas, aquel día
quedaron  prensadas mis palabras

los te amos que no lloverán a tus oídos
y supe que mi tiempo volaba entre neblina.
No llegara otro amor para salvarme

del incierto temor de cada instante.