Como si fuera una cábala me digo
Aquel viejo silogismo recauchutado:
“Si fortuito el encuentro, magnética la aproximación.”
El mundo es más que un juego de sombras y espejos;
Una corazonada que me despierta a mitad de la madrugada
Esperando algún mensaje o premonición.
En las arenas del insomnio también hay algo que no sabía,
Una sonrisa imprevisible -¿déjà vu? ¿electroshock?-
Puede quemarme la sangre hasta la vida misma.
Somos eso que no parece lo que es que no parece,
Pero un poco se arrepiente de ser,
Se borra, se tropieza, se transcribe.
Será que animarnos es lo que nos tiene animados.
Celebro este tibio temor a hequivocarme
Y poner el acento en mis pésimos ejemplos
O en la voracidad del precipicio
Hacia el cual voy bailando con joviales volteretas.
De nuevo -¡por fin!- entiendo que el otro es el barranco
Y que la angustia de la caída es una forma del encuentro.
Sigo sin saber qué hacer con este tropel de palabras absurdas
Que algún eco te hará escuchar mientras yo duerma,
Pero puedo bancarle mejor los trapos al día
Sabiendo que en estos segundos de salto al vacío
Logro hacer base a mi deseo.