La balada de Willie
Como de polietileno
parece que son mis tetas
y ya ni a las agujetas
se como ponerles freno.
Casi siempre estoy que trueno
cuando al espejo me miro,
tendré que pegarme el piro
de este mundo tan malvado,
ya todo en mí ha terminado
y voy a pegarme un tiro.
Y voy a pegarme un tiro
si no aparece con gala
pues acá tengo una bala
pa\' la musa y su papiro.
Si se digna no retiro
tales versares sobre ella,
en que veo cual estrella
su brillante resplandor;
ese que hacía al lector
encandilarse con ella.
Encandilarse con ella
era el pan de cada día,
musa de la poesía
brillante como una estrella.
Un domingo de paella
se atragantó con un hueso
y a mí me llevaron preso
acusado de homicidio
y hoy desde el presidio
suspiro por darle un beso.
Suspiro por darle un beso
mas ando ahora cautivo
imaginando que vivo
y que a su lado regreso.
No debí ser tan travieso
pero no valen lamentos,
tuve que ir a contra vientos
corrigiendo el viejo ser
y al juez fui a comparecer
con escasos argumentos.
Con escasos argumentos
ante el juez me presenté,
claro está me condené
pues no se creyó mis cuentos.
Intenté muchos inventos
pa´ poderle convencer
pero era duro de roer
y me mandó pa´l carajo
y a treinta años de trabajo
por matar a mi mujer.
Por matar a mi mujer
trabajo comunitario
alegué fue accidentario
mas mi error logré exponer.
¿Cómo podré emblanquecer
y limpiar este expediente?
Capaz de una buena fuente
consiga un ducho abogado,
que deje al tal juez callado
con solo pelar el diente.
Con solo pelar el diente
no te servirá de mucho
que ese juez está muy ducho
y tú eres ya reincidente.
No te hagas el inocente
que tuviste tú la culpa,
la cabeza como pulpa
le dejaste de un porrazo;
y después lo del hachazo;
-eso no tiene disculpa-
Eso no tiene disculpa
pero ¿cómo soluciono?
será que si yo presiono
redimo de una esa culpa.
Mas sabes que se me inculpa,
pero no fue mi intención
darle por obligación
la paella y el hachazo,
fue ese juez con su vil lazo
y su deliberación.
Y su deliberación;
como te tiene manía,
te va a meter a fe mía
muchos años de prisión.
Ese juez tan cabezón
te la tenía jurada
y aprovecha esta cagada
para vengarse contigo
que él no se olvida mi amigo
que le robaste a su amada.
Que yo le robé a su amada
debe estar equivocado
o del coco muy volcado
ese cabeza chiflada.
Ella feliz y adorada
conmigo se iba a la fuga,
me daba de su pechuga
pero qué iba yo a saber
y en manos de un juez caer
con su labia que subyuga.
Con su labia que subyuga
ese juez te lleva al huerto,
porque quiere verte muerto
enterrado cual lechuga.
Y que ese juez te madruga
es una misa cantada,
y quedará una balada
que un mariachi cantará,
y quien la escuche dirá;
Valla el Willie... ¡qué cagada!
Valla el willie ¡qué cagada!
pero Merche en ti confío
sacame de este gran lío
ya que ella no era casada.
Ahora eres mi abogada
en esta loca disputa,
quieren darme la cicuta
si nadie ya por mí aboga,
me colgaran de la soga
pero tú eres muy astuta.
De que yo soy muy astuta
eso es lo que tú creyeres,
pero amigo, si supieres
que otros me tratan de puta.
La ley está disoluta
y a ti te tiene en asedio,
conque pon tierra por medio
y piérdete ya del mapa,
porque si ese juez te atrapa
ya no encontrarás remedio.
Poema de Willie Moreno
y Merche Bou Ibáñez