Eric Rancol González

¡Qué importa el castigo!

 

Qué importa la distancia,

el castigo de verte intacta

sin heridas provocadas

por mis besos justicieros.

Qué importa verte así,

mostrando que tu cuerpo

tiene peligrosas curvas,

que tus ansias tienen vida,

que tus besos también necesitan

similares donde ahogarse.

Qué importa que te marches

y camines a lo lejos,

cuando puedo deleitarme

al compás de tus caderas

que me apresan en silencio

sin poder dar opinión alguna

sobre esa hermosa figura

que brilla ante mi desespero

y formula en mi cabeza

nefastos pensamientos.

Qué importa quererte en vano

si tu ausencia hoy provoca

que me detenga y escriba,

que cierre los ojos y sueñes,

que me despida cada noche

anhelando la mañana siguiente

para volver a saludarte; verte.

Qué importa la distancia,

el castigo de no tenerte,

si soñarte hoy me ilustra

que siempre existirán razones

para querer vivir, luchar y

darlo todo por tal de convertir

anhelos en recuerdos,

deseos en victorias,

palabras en historias

y miradas inestables

en mil abrazos y mil besos.

 

Eric Rancol González