Ali Yezid Servin Zamora

Sin decir un nombre

No es que no te extrañe,
Es que te extraño siempre,
Me acostumbré a extrañarte,
Te extraño de noche,
Te extraño de día,
Sentado en la luna,
Abrasado en el sol.
No es que no te extrañe,
Me acostumbré a extrañarte,
En el día nublado,
En el más soleado,
Sintiendo la lluvia,
Secandome al sol.
Es que te extraño siempre,
Me acostumbré a extrañarte,
En el mar,
En el desierto,
Ahogado en silencio,
Sediento de ti.
No es que no te extrañe,
Me acostumbré a extrañarte,
En mi escritura,
En mi lectura,
Emulando a Neruda
O citando a Sade.
Es que te extraño siempre,
Me acostumbré a extrañarte,
Entre mis sueños,
Tambien despierto,
Los vespertinos,
De madrugada.
No es que no te extrañe,
Me acostumbré a extrañarte,
En esa playa,
Esa discoteca,
Que sin besarte,
Estaba amándote.
Es que te extraño siempre,
Me acostumbré a extrañarte,
Creando comida,
Cocinando poesía,
Notas pérdidas,
Letras insípidas.
No es que no te extrañe,
Me acostumbré a extrañarte,
En esas clases,
En estas canciones,
En que cantamos,
En que te escucho.
Es que te extraño siempre,
Me acostumbré a extrañarte,
En esa cima
En esta sima,
En que estuvimos,
En la que caigo.
No es que no te extrañe,
Me acostumbré a extrañarte,
Sentado a tu lado,
Kilómetros alejado,
Sin ser mirado,
Siendo olvidado.