Dianag

Dios.

Me hablarón de ti, te hicieron mi padre.

Pero no sabia claramente quien eras,

ahora me escudo en tus oraciones para poder tomar fuerza

y salir victoriosa.

Te he reclamado, te he insultado 

y no sé si pedirte disculpas,

pues tu existencia no es muy presente,

y en mi vida menos.

¿Nos has abandonado? No lo se,

dicen que estas en todos lados, 

pero nunca nos damos cuenta;

seguro será culpa de nosotros.