Edel Vicente González Pérez

Nada personal. Jotabé

Toca mi puerta abierta sin temor,

me embriaga el aroma de aquella flor.

 

Su boca harta la sed del peregrino

escancia la copa con el buen vino,

en arrebato de instante divino

sin nada personal en el camino.

 

Como en un sueño ella se acercó a mí,

sin meta tras aquel sueño corrí

 

Nada personal que lleve a dolor,

pasan los años y aún no adivino

la causa para no quedarme allí.