Leoness

Kiran, amor... en Mumbai

...una puesta de sol, ardiente,

inolvidable, memorable la de aquel día;

me dirijo al hotel Taj Mahal de Mumbai

el horizonte repleto de barcos de pesca,

barcos mercantes, grúas portuarias,

isla de Elephanta.

 

Mi estancia bajo el sofocante

calor, aligerado por un ventilador

me hace recordar, un tiempo,

no muy lejano; era la primera vez y,

supe que ella me amaba.

 

Vestía un Sari de tonos anaranjados

bordados de tradición hindú, bella, resplandeciente,

traslucía su anatomía, dejando imaginar

su cintura, su escote; su melena al viento,

su tez morena, sus ojos negros, ardientes,

inquietantes, expresivos, penetrantes.

 

Al fondo, tras ella, la Puerta de la India.

 

Sus movimientos acompasados por el

Vuelo de sus telas, ceñidas y sueltas

Se dirigía hacia mí con decisión, con

la complicidad de compartir su amor.

 

Felices, libres, románticos

saboreamos inolvidables momentos ,

frenéticos enlaces, emocionantes veladas,

promesas incumplidas, besos.

 

Lujuriosos encuentros, pasiones compartidas.

 

Recorriendo nuestros cuerpos

palmo a palmo, investigados, penetrados.

 

Nuestros sentidos cargados de pasión, incontenida.

Paseos a la luz de la luna, pasiones

desatadas en las arenas junto al mar,

olas que nos propulsaban al amor,

a la culminación, al clímax.

 

La India, mística y mágica, nos abrazaba.

 

Un día, Kiran y yo prometimos,

poner fin nuestra relación,

tomar nuevos rumbos opuestos,

independientes ambos, ¡con una promesa!.

 

Volver, para amarnos eternamente,

reduciendo la distancia … en el tiempo impuesto.