Jolomate

Y VINO LA NOCHE

Y vino la noche, poco a poco,
toda vestida de negro,
las estrellas del cielo,
salieron a su encuentro,
lo mismo que millones de luceros
que alumbraban
todo el firmamento…

Era una noche de luna llena,
parecía que en sus movimientos,
la luna bailaba
con una falda de terciopelo
al compás del viento.

La noche se hizo
para tener sueños,
para los amores
y para los silencios.

Para las lágrimas,
y para los consuelos,
para las esperanzas,
para los misterios,
para los desvelos.

Para los pensamientos,
para hablar con Dios,
para los recuerdos,
para que los poetas
escriban sus mejores versos.

Para las suaves caricias,
para los abrazos,
para la música,
para los rezos,
para los besos más dulces
y para los más tiernos.

Yo te quise robar una noche
tus mejores besos,
tus suspiros,
tus silencios,
tus sueños,
y poder andar siempre contigo
por los mismos senderos.

Y por querer quise,
adentrarme en tus pensamientos,
y navegar en tus ojos
para contarte mis secretos.

Para que me quisieras,
me fui a un puerto
y me subí a un velero
para mandarte mis versos de amor
a través del viento.

Así sentirías
cómo mis poesías
llegaban a tu cuerpo,
lo mismo que las olas
siempre se dirigen
a la ruta de su puerto,
igual que mi alma
que siempre
te busca desde lejos…

Y en esa noche viste
como se encendían
las luces de mi alma,
porque al pensar en ti,
mi alma era feliz
y estaba en calma.

Y vino otra vez la noche
toda vestida de negro…

Mis besos robados
que te robé aquella noche
junto a tus suspiros
y tus silencios,
de aquellos labios tuyos
que eran tan tiernos,
me llevaron volando
como en un sueño
por todo el universo,
que es infinito,
que es eterno…

Como lo es tu alma,
como lo son mis versos,
como lo es el amor
que por ti yo siento…