Zeroo

Hacer El Amor

 

Verte así, vestida,

Es sentir que esa ropa te opaca,

Es observar la belleza restringida,

Es ver una flor, y la basura la abarca.

 

Quizá hagas ver a esas prendas,

Lucir de una manera sin igual,

Pero es cubrirme los ojos con vendas,

Y esperar hasta que acabe el ritual.

 

Al tocarte poco a poco,

Voy recorriendo tu cuello,

Se estremece tu piel cuando la toco,

Es un rico sentir, es muy bello.

 

Deslizarme por tu boca húmeda,

Recorrer en tus labios sus suaves curvas,

Es abrir poco a poco aquella bóveda,

Que guarda tus hermosas dunas.

 

Bajar por tu pecho cubierto,

Es sentir un ligero desprecio,

Pues tienes a dos prisioneras,

Que buscan mi encuentro.

 

Por fin cuando logro liberarlas,

Me estremecen, me dejan boquiabierto,

No puedo más que besarlas,

Y perderlo todo en el intento.

 

Sigo recorriendo el camino,

De pronto aparece tu ombligo,

Que bello pozo, traedor de tentaciones,

Guardián de mis locas pasiones.

 

Suavemente lo rodeo con ternura,

Mi lengua lo toca en una sublime caricia,

Pierdes el control, te vuelves loca,

No pienso más, tu cuerpo me vicia.

 

Sin más locomoción,

Bajo a donde se halla tu pantalón,

Un nuevo guardián, nueva rehén,

Aquel tesoro, que anhela el vaivén.

 

Fuertemente te abrazo por la espalda,

Te pego a mi cuerpo, deliras,

Te arranco el pantalón, mi mano una espada,

Te excitas en emoción, me tiras.

 

Tu cuerpo desnudo al frente mió,

El monte de Venus, mi adorado tesoro,

Tu expresión me provoca un desvarió,

Te unes a mí, lo pierdo todo.

 

Suavemente siento tú vaivén, pides más,

Ve despacio, no quiero que tengas dolor,

Lentamente llegas al clímax,

Me dices, por favor, no me dejes de Hacer El Amor.