Pedro M. Ortiz

Canto a Nezahualcóyotl

Espejo, cantera de babel que avezas bestias;

Catalizador del alba; contexto del rocío matinal;

Elote y masa cosida o corredor torcido

En donde se transportan ojos delgados por el sueño

Y manos ásperas, amplias en esfuerzo y verdad.

Sonríes bien, espejo. Tu boca desfigurada encarna,

Como un sello de muerte, el hastío del obrero,

La soledad de la víctima, la oscuridad del ladrón

Y la aciaga cúspide entre los portales y las ventanas.

Sonríes bien, iluminando la voz de tus habitantes,

Sonríes bien, espejo, resplandeciendo entre rincones negros,

En donde los gatos y los perros acechan su eterna venganza nocturna.

Llevas, como un regalo en tu vientre,

El sonido del trueno, la voz de mi patria.

Estas despierta para mí y yo te observo:

Sé apreciarte muy bien, y tú sabes guardar tus armas,

Abreviar tus recorridos para que yo te guarde cuando es noche,

Y entonces… de verdad que eres mía

Embestida en mis bolsillos como un aluvión de gotas densas y mareas frías.