Axel Dueñas

Nocturno II

 

La sombra nos engaña con su manto

de negrura. Es de noche. Las estrellas

llevan cansada marcha de doncellas

tristes; la luna imita un tenue llanto

 

cual si fuera, brillante, el ojo inmenso

de dios. Estas bruñidas nubes pesan

como un costal de piedra en el extenso

cielo. Dentro del muro del hogar

 

del viento se prepara la tragedia,

afilando su espada, recargando

su escudo -no lo necesita-; asedia

esta noche la muerte y estoy llorando

 

y el mundo se parece a mi tristeza.

Porque la luna está llorando, lloro,

pero la luna sufre esta tristeza

precisamente cuando triste lloro.

 

La sombra me engañó con este manto

de negrura. Es de noche y las estrellas

llevan gracioso paso de doncellas

dulces; la luna imita un tenue canto

 

cual si fuera, vibrante, el canto inmenso

de dios. Estas preñadas nubes rezan

como un altar que sueña en el extenso

cielo. Dentro del muro del hogar

 

del viento se prepara la mañana

retocando su brillo, mejorando

su rostro -no lo necesita-, baña

esta noche mi vida y estoy cantando.