yito

Desoyendo el mensaje.

 

 

  Enseña con su prudencia

la naturaleza en flor

que el hombre no es el autor

ni de su propia presencia.  

 

De más está la insistencia

desde que tuvo su albor

de que el escuche el clamor

ue habita su propia esencia.  

 

Se siente juez y sentencia

negándole algún valor

al mundo que en su labor

a él le brinda su existencia.

 

Aferrado a su creencia

de ser un ser superior

no percibe en el su error

que lo ha de volver ausencia.