Macuto

Olvidar

Olvidarlo.

Aquello que anhelé 

se deshace

y dejó de tener nombre de mujer

para seguir siendo herida.

 

No es lo que un día soñé 

lo que hoy me atormenta, 

es el peso de los recuerdos que no son míos,

de los dolores que no son míos.

 

Son tiempos 

en los que el sonido 

de los disparos

me hizo doscientos años más joven

aunque en esa juventud

la vida dejó de ser solo mía

y hay cientos detrás de mí 

que se levantan de las tumbas

para gritar mi nombre diciendo sus

nombres

encajados en las ramas de un árbol

de acacia cundido de flores amarillas.

 

Me doy cuenta que no puedo soñar solo

y que el mundo se volvió pequeño 

como una persona,

pero infinito

como las hojas de un árbol.