Luis Rayo

¡Levantaos Cuitlahuac!

 

 Despertad noble guerrero

de las montañas mexica,

tus hijos reclaman luz.

¡Oh! caballero Águila,

De la casta imperial,

De los adoradores

de Quetzatcoatl,

que se inclinaban ante el sol,

 reverenciando a la naturaleza.

¡Levantaos  Cuitlahuac!

En el nombre de todas

Las fuerzas del universo.

Yo te lo pido.

por  los pueblos indígenas agobiados.

Cinco siglos han pasado desde tu partida

y de aquel imperio y de aquella gloria

solo recuerdos moribundos quedaron.

Y después,

miseria tras miseria,

 guerra tras guerra,

gobiernos traidores,

y gobiernos rapaces.

                                            También hubo héroes

como el gran Juárez,

mas todo pasó y el tiempo

casi los borra.

Y llegó la ignorancia.

Y también las lamentaciones,

 con esa llorona  que como leyenda nos perseguía.

La modernidad no nos ha quitado lo que somos.

 Alguna vez se tuvo la esperanza

de que algún progreso

mitigara el hambre

de nuestras etnias,

 ridículo anhelo.

Alguna vez se tuvo la esperanza

de aceptación entre todas las etnias,

muy cruel y despiadada fue la respuesta

al indio pata rajada.

Le cerramos nuestra puerta

como si del cielo se tratara.

Le negamos el trabajo,

como si fuéramos los dadores de la vida.

Lo aislamos en sus tierras,

como si fuéramos la divinidad en persona.

Y lo dejamos sin esperanzas.

como si fuéramos Dios para condenarlo al infierno.

¡Levantaos  Cuitlahuac!

en el nombre de todas

las fuerzas del universo,

Yo te lo pido

por  los pueblos indígenas agobiados.