Alfredo Daniel Lopez

VerĂ³nica

 


Verónica

 

Cuatro chicas en el baño
sentadas frente a un tablero
juegarán un juego extraño...
¡Peligroso coqueteo!

El tablero es de madera
contiene letras y números,
a una pregunta certera
dará un movimiento brusco.

Las manos de Estefanía
sobre el triángulo se mueven,
en eso entra Sor María
¡y zas!...las piezas llueven.

El tablero en dos se parte,
las chicas mudas se quedan,
se hace un silencio cortante
sus manos unidas tiemblan.

Del juego negra ceniza
aflora y todas la observan,
el miedo las paraliza,
a Estefanía contemplan

que en su boca ingresa un humo
que las pone temerosas,
sus amigas a lo sumo
a ella tocan recelosas.

La Sor besa el crucifijo
mientras reza un padrenuestro,
cree ver algo maligno
en aquel humo siniestro.

El espíritu atacaba
a la joven sin piedad,
en el colegio y en casa...
Espíritu de maldad.

En el barrio de Vallecas,
en una zona de pobres,
una familia confiesa
que hay demonios en el clóset.

En cuatro patas camina,
ella sin ojos ni boca
con la cabeza invertida;
todos creen que está loca.

La observan espiritistas,
sacerdotes y mediums,
buscando objetos o pistas
rezan incluso un tedeum.

Día a día Estefanía
iba anunciando a los suyos
que pronto se marcharía
que no lloren por su luto.

Estefanía murió
la vida no le fue justa,
su familia la lloró
su recuerdo aún asusta.

Fueron los años noventa
que dieron lugar al mito,
mito que se hizo leyenda...
Ya Verónica ha nacido.

El expediente Vallecas
así se le bautizó;
un fenómeno que a secas
nadie nunca lo entendió.

Poco después su familia
sin entender los fenómenos
de esa casa marcharía;
creían volverse locos.

No juegues con la güija
puedes atraer al mal,
hay demonios, pesadillas,
ocultos tras el portal.

 


Alfredo Daniel Lopez
El guardián del centeno
28 - 12 - 2020