Freddy Kalvo

¡Oh recuerdos!

¡Oh recuerdo tan triste!

¡Qué cruel melancolía!

que habita en mi alma como dura espina,

la espina que persiste

provocando sangría;

la espina con dolor que me fulmina.

 

¡Oh recuerdos, recuerdos

que tengo de mi vida!

con huellas como las del peregrino,

con muchos pasos lerdos

soportando la herida;

la herida de la muerte y su destino.

 

¡Oh recuerdos que antaño

llenaron de alegría!

con sonrientes momentos... ¡qué bonito!;

pero el árbol castaño

menos ya florecía,

con su tallo rugoso y muy marchito.

 

¡Oh recuerdos de infancia

con sueños anidados!

que con gran fantasía pervivieron

como flor con fragancia

con todos sus cuidados

que el jardín de la vida, florecieron.

 

¡Oh recuerdos hermosos

de vivencias fugaces!

volando como nubes en el cielo;

y, mis ojos llorosos

sin pesares falaces,

hoy lágrimas derraman por el suelo.

 

¡Oh recuerdos valiosos

con huellas de sentido!

que nutrieron caminos de energía

con pasos valerosos

donde quedó fundido

tu abrazo, con mi abrazo, amada mía.

 

¡Oh recuerdo tan triste

que habita mi conciencia!

como nuez que muriendo, se germina;

porque muriendo existe

la natural vivencia,

de una vida que aún... no se termina.