JM.Enríquez

Cuánto tiempo hace, que no nos amamos.

Cuánto tiempo hace, que no nos amamos.

Cuando tiempo hace, que no me besas, que no me encierras entre tus brazos.
Cuánto tiempo hace, que tu aroma no se impregna en mi cuerpo y me dejas marcado.
Cuando tiempo hace que no recorres tu territorio como una loba olfateando la presa, olisque ando el aire, sigilosamente alerta, marcando con su cuerpo cada arbusto, cada piedra, cada árbol.

Cuando tiempo hace, que no nos amamos, como animales en celo, desgarrando nuestros cuerpos, recorriendo cada rincón, sin dejar  el menor rastro.
Cuando tiempo hace, que no nos sentimos dando rienda suelta a nuestros instintos básicos.
Cuando tiempo hace, que no nos desnudamos, moviendo nuestra cama, tirando las mantas y las sábanas que nos impiden tocarnos, llenando nuestra habitación con gemidos y empapando el aire con nuestra pasión desbordando.

Cuanto tiempo hace, que tú y yo, no nos buscamos, sintiendo la excitación de nuestra piel sin tocarnos, buscando nuestros labios para comernos como lobos hambrientos hasta saciarnos.
Cuando tiempo hace, que no nos amamos.
Que la oscuridad esconde nuestras manos, que nuestros sentidos están congelados, perdidos sin querer ser partícipes de nuestros desengaños.

Cuánto tiempo hace, que no nos décimos lo que fuera gritamos.
Bajando la mirada, esquivando lo nuestro, como si fuésemos extraños.
Cuando tiempo hace, que nuestras manos no vuelan como palomas al viento para encontrarnos.
Cuánto tiempo hace, que no somos la envidia de propios y extraños.
Cuando tiempo hace, que no nos amamos, vibrando tan solo con oír pronunciar nuestro nombre, paseando por los rincones y lugares que conocen nuestros momentos más felices que juntos hemos disfrutado.

Cuando tiempo hace, que nos negamos lo que nuestra mente grita a propios y extraños.
Cuando tiempo hace, que nos seguimos ocultando el uno del otro, sin parar de buscarnos.

Cuando tiempo hace.
Que ni el cielo puede comprender el porqué de nuestra separación, cuando aún tanto nos amamos.
Hasta cuándo nos vamos a negar, las caricias que nos hemos guardado y que nadie más, sentirá con nuestras manos ni nuestros labios. Por no dar rienda suelta a nuestros deseos de volver a dejar volar la pasión que nos quema tan solo con escuchar nuestros nombres, el tono de nuestra voz buscándonos.


Cuánto tiempo más.
Cuánto.