Raúl Carreras

Cicatrices

Por mucho que al recuerdo le tamices,
de una pátina de color rosada,
por mucho que le pulas y barnices,
siempre estará sobre la piel ajada.

En las horas amargas no hay matices,
que borren de tu cara demacrada,
aquellos pretéritos infelices,
de historias que quedaron en la nada.

En vano pretendieron las actrices,
que actuaron en tu vida jironada
en momentos de dicha y de perdices,
comerlas a la mesa engalanada.

Si ellas anhelaron echar raíces
con cuentos y palabra floreada,
solo fueron vulgares meretrices,
que lastimaron tu alma desgraciada.

La memoria de los días felices,
en nichos de dolor quedó enterrada,
y hoy tu carne la comen las lombrices,
por mucho que haya sido envenenada.

Fueron tiempos de errores y deslices,
de la voraz pasión acalorada,
cuando éramos precarios aprendices,
soñando con mirada enamorada.

Ya no quedan reinas ni emperatrices,
solo marcas sobre piel magullada,
solo heridas y suaves cicatrices,
señales de una vida desdichada.