SIN IMAGINAR
No sé lo que somos, somos 
más de lo que pensamos.
Aún no recuerdo cuándo empezó 
o desde cuándo cambié la forma 
de mirarlo hasta de tratarlo, años 
siendo los mejores amigos; en 
un instante eso cambió quizá 
fueron los meses de estar 
distanciados, nunca estuvimos 
tanto tiempo distante, jamás fue 
tan larga la espera.
Él estaba ahí riendo contando 
sus días sin mí... de la falta 
que le hacía que no sé explica 
por qué me extraño tanto. 
Que los días en su trabajo... 
y no recuedo más.
Él preparaba unos tragos, los 
píqueos puestos en la mesa, 
música suave con luz tenue.
Deje de escuchar lo que decía, 
solo lo miraba aumentando 
mi deseo de poseerlo, cuál 
felina a su presa caminé 
hacia él, meneando mis caderas,
sin retirar la mirada de sus 
ojos, estaba con la garganta 
reseca, él me alcanzaba aquel 
trago, tomé su mano 
bebí de ella, sentí su nerviosismo 
por un instante desconcertado, 
él sonrió, resoplo, me dio un beso 
en la frente mientras giraba 
volví a atraerlo a mi cuerpo nos 
quedamos mirando fijamente; 
estoy segura qué él 
se preguntó sí era lo correcto...
Solo se dejó llevar, cerró los 
ojos, sujeto mi cintura pegando 
su cuerpo a mi cuerpo, beso 
mi boca cómo si estuviera 
muerto de sed, su lengua 
revoloteando mi garganta.
Rompió mi blusa de un tirón 
pude ver el destello en sus 
ojos, saboreaba mi cuello 
bajando a mi pecho 
endureciendo mis pesones,
erizando mi piel morena 
acelerando mis latidos,
apretando con intensidad.
Empece a jugar con su 
cabello moviendo su cabeza 
para atraer su boca a mi boca 
para beber sus ansias locas 
placer que vivíamos de lo prohibido.
Desabotono mi falda, se quedó 
quieto por un instante, él volvía 
a su razón, se quedó en silencio
cómo si la culpa lo atormentara,
cálidamente susurre a su oído, 
tengo un hilo de color rojo, 
alborote sus sentidos perdí 
la falda en un segundo.
Él se quedó arrodillado,
mirándome de pies a 
cabeza, mientras 
acariciaba mis piernas 
él besaba mi vientre, 
su lengua recorría 
el borde de la tanga, 
acariciaba mis grandes 
nalgas, mientras su 
lengua empujaba la tanga 
de color rojo, abria mis 
piernas encajando su 
lengua llegando al lugar 
indicado, estremecía 
mi cuerpo, él saboreaba 
tanta delicia, mordiendo 
mis labios entré la tanga,
bebiendo el néctar de mi cuerpo.
Él volvió a recorrer mi 
vientre de prisa llegando 
a las montañas, saboreando 
nuevamente buscando mi boca, 
estrujando mis rulos 
giro mi cuerpo tomándome 
de las caderas, sus manos 
acariciban mi cuerpo 
de arriba abajo, besaba 
mi espalda, me apoyé 
sobre el sofá, poniendome 
en cuantro entregándome a él, 
sentí sus manos azotando 
mis nalgas, de rato en rato 
las besaba, puso el hilo a 
un costado, su lengua 
dibujaba la forma de lo 
más profundo de mi ser, 
estaba mojada tan excitada, 
por primera vez sentí su 
miembro en mi, embestia 
contra mis nalgas el placer 
era increíble, él solo pensaba 
en mí, se excitaba viendo 
mojar el piso, mis piernas 
temblaban de placer, mis 
gritos fueron encerrados 
en cuatro paredes.
Tomo mi cabello, me hizo 
arrodillar ante él, tomó su 
falo recto, golpeando mi 
boca, haciendo que mis ganas 
me delaten de saborear 
su falo tenerlo a mi boca, 
jugar con mi lengua 
cada parte de el, sentir 
engrosar sus venas, 
las arcadas que él 
me hacía, sus gemidos 
aumentaban el descontrol 
de su cuerpo me entregaba 
el cálido manjar desbordando 
por mi boca hasta que 
no podía más.
Arrodillada ante él, mientras 
nuestra respiración volvía 
a la normalidad, dónde 
empecé a cuestionarme.
Me levanto, pego su pecho 
a mi cabeza caímos rendidos
en ese sofá. No digas nada 
me decía, quédate callada, 
mientras besaba mi frente 
acariciaba mi cuerpo quedamos 
dormidos, sin tener prisa de nada, 
sin sonidos del celular,
ni saber si tendremos un 
mañana juntos.
#CHOCOLATITOARMG
22/12/2020