Mark Castillo

Fingiendo Normalidad

Converge mi alma y la 

sensibilidad que existía 

en aquella infancia, cuando 

me sentía feliz, completo y dichoso.

Oscilando entre algo semejante a la eternidad.

Enmedio de la oscuridad me presiento, cuando mi cuerpo se rinde ante el sopor.

Ahora sólo resquicios quedan, 

ahora sólo soy un fracturado 

soñador de sentimientos 

vemiformes y exánimes.

Brota la culpa y el llanto tras las sonrisas irónicas y la exhalación

del sarcasmo, esto ocurre noche 

tras noche, se ha convertido 

en un ritual habitual, hasta adentrarme entre las horas 

nocturnas y caer por el cansancio,

vencido, divagado en la mente,

tan acostumbrado a la pesadumbre

para al final, ponerme de pie y 

volver a poner la sonrisa finjida 

que tiene que ver el resto de mi familia.

 

Pøeta Øscurø