Adelaida GutiƩrrez

Carta a mi mayor debilidad

La palabra debilidad podría ser definida con cada letra de tu nombre, y completada con tu hermosa mirada que sin duda hace que mis rodillas se debiliten y mi voluntad se inque.

Hoy quiero contarte algo que sin duda se que sabes, aún a pesar de que jamás lo digo, pero si muchas veces me quedo totalmente callada cuando me hablas o simplemente te parece grosera la manera en que no puedo responder a alguna pregunta que planteas o no se lo que dices, no es por qué no te preste atención, sino, muy por el contrario, es por qué cuando tú hablas parece que todo el universo junto tocará una melodía que llena completamente mi corazón, y tu, sonríes de tal forma que toda la belleza del mar, el cielo y las constelaciones se opaca con la pureza de tu alegría, a tal punto que, sin duda alguna al prestar atención en ti, centrar mi mundo en tu rostro a veces pierdo de vista lo que dices por qué tú cauterizas cada uno de mis sentidos.

Te diré que, yo creo que la mayor debilidad de una persona es sin duda alguna su mayor fortaleza, y lo sé, suena un poco contradictorio, pero sin embargo es cierto, por qué una persona protege su debilidad con tanta fuerza que se vuelve la razón para volverse fuerte y creerme cuando te digo que para que nadie te dañe soy capaz de todo y si parezco fuerte ante los demás es solo para asegurarme de que tú estés bien...

Por eso se que si alguien te dañare y te afectará a un punto que fuese irreversible, entonces mi mundo se desmoronaría en un solo segundo, todas las constelaciones caerían y mis sueños se desmoronaría por completo.

Por eso te pido que no me dejes ver lo frajil que soy ante ti, ni muestres al mundo mi debilidad por ti, simplemente hazme fuerte con tu presencia o si a si lo consideras, con tu ausencia...