Adelaida GutiƩrrez

Carta a la cura de mis delirios

Ya todo acabo entre los dos, y apresar de los días que han pasado, aún no logro asimilar que ya no estás, sigo buscando tu voz en el eco del viento que juega dentro de mi habitación y de hecho aún me parece escucharla, y me estremezco, por que se que aún te extraño a tal punto que mi delirio comienza con tu nombre.

Si, comienzo a enloquecer, mi lucura inicio el día que todo lo nuestros se desmoronó, el día en que tú decidiste que ya no existiría un \"nosotros\", sino solamente un \"tu\" y un \"yo\" pero esta vez, separados, sin un corazón que uniera nuestros nombres, sin un momento en que convergieran nuestras historias.

Y es extraño que lo diga así, por qué se que no es correcto, pero en el punto de mi locura ya no pienso en lo correcto, sino solo en lo que es menos doloroso y te quiero rogar una cosa.

Quiero pedir que si ya dicidirte irte, no te vallas como la última vez, sin decirme nada, por qué hacerlo así es como si de un momento a otro clavaras una daga en mi pecho, sin avisar, sin la posibilidad de defenderme o esquivar, sin decir que mi muerte se acerca.

Hagamos las cosas bien, digamos un adiós de la forma menos dolorosa o al menos, ven y dímelo de frente, quiero estar seguro de que es lo que realmente deseas, ver en tus ojos la verdad de tus palabras o en caso contrario el dolor que también te produce déjeme, quiero escuchar las razones que te llevan a alejarte, creo que el saber que no me amas y convencerme de ello será quizá mejor que está insertidumbre que me produjo que desaparecieras, puesto que en este momento ya no estoy del todo segura de si fuiste real, o si simplemente desde el principio te imagine, te soñé y por alguna razón que desconozco en mi delirio te aleje. Solo se que tu eres la cura al delirio que me produce tu ausencia, o quizá seas tu ausencia la cura a esta agonizante locura