sappho

alguna carta que escribí pero nunca te mandé

Hay días en los que pienso ¿qué hubiese sido de mí si no me enganchaba con vos? Muchas posibilidades distintas, pero ninguna tan tentadora para negar nuestra verdad (¿o mi verdad? decime vos). Decime si tengo que seguir adelante, si me olvido de vos y desaparezco en otro océano; si lo que nos une es un hilito deshilachado y tengo que elegir entre cortarlo y quemar las puntas o aguantarlo colgando hasta el final, porque no puedo seguir estirando si va a ser siempre lo mismo. 

La verdad no sé muy bien qué estoy diciendo ya, siempre en la misma nosotras: yo pensando de más, y vos... y vos la verdad no sé qué estarás haciendo, pero no creo que pensando y mucho menos en mí. Nunca me lo dijiste así, pero yo sé que a vos te moleste que piense tanto y le de tantas vueltas a las cosas. Pero es eso, le doy vueltas en mi cabeza para poder vivir libre; vos no lo hacés mucho, te dedicas a vivir y terminás dando vueltas con las situaciones (como conmigo, te lo tenía que decir, aunque ya te diste cuenta creo).

Detesto esa palabra: creo. El de la duda, de no saber si estamos en la misma sintonía, porque a pesar de hablarlo parece que siempre que avanzamos un paso retrocedemos tres de repente. Igual ya está, es la última, aunque siempre digo eso y después vos aparecés y me dejás más confundida que la vez anterior.

Perdón por joder a esta hora, ya lo sabés igual, pienso mucho.