Poeta al atardecer.

A LOS QUE NUNCA MUEREN.

  A LOS QUE NUNCA MUEREN.

 

Eran jóvenes de cabelleras graciosas

ondeando alegre la tarde invernal,

con manos jóvenes y solidarias,

repartían trigo limpio para el pan.

 

Solo querían que los hijos de Chile,

comieran del surco y sin bosal

y los lagares soltaran el vino

sanando heridas del látigo feudal.

 

Una fría mañana de Septiembre,

sediciosas balas del poder capital,

derramaron la sangre de la Patria,

en la casa de elegida autoridad.

 

Tiñeron con sangre de flores las calles,

abrieron tumbas en los campos y el mar,

ahogaron llantos en placentas arrancadas,

privando caricias al pecho maternal.

 

Ahora son dos nombres en frías lápidas,

en cementerio Tomecino, a orillas del mar,

con sus pechos rotos por traidoras balas,

Moscoso Fernando y Calzadilla Irán.

 

Autor: Mariano Retamal Jara.

Poeta al atardecer.