Edel Vicente González Pérez

Amores prohibidos. Sexteto

 

En días de fríos amaneceres

y opacos soles del hado

harapiento de ternuras, postrado

sangro herido y huérfano de placeres

alienado y acabado

con hambre, con sed y sin mis poderes.

 

Clamo al cielo y sus compuertas me cierra

mi dolor a solas lloro

la fiebre de amor con el vino exploro

ajena a la esperanza a mi alma aterra

y la paz que tanto imploro

no vive en ningún rincón de la tierra.

 

Errante en delirio toco la linde

de espesura de un vergel

la fuente cristalina de agua y miel

del arroyo murmurador que rinde

tributo al santuario aquel

para que a mi fe la proteja y blinde.

 

Paraíso de gigante dosel

¡permite luz en un claro!

para que ella vibre hermosa al amparo

de las voces y odio de un mundo cruel

comadreado al descaro

y la insana naturaleza infiel.

 

Algazara de cencerros argüidos

alzados contra el clamor

de la dicha entre la abeja y la flor

de los perpetuos amores prohibidos

que luchan contra el dolor

y sus recuerdos no se echan a olvidos.