Albert Hernandez

Fuiste y te quedaste.

 

Fuiste de alma y boca paradisíaca,
siempre mezcle tu ímpetu con los
árboles
de aroma atrayente.
Abejeando dulcemente mi sexto sentido.
Bajo la luna llena te posas como un astro en mis sueños bandido,
espléndido,
sobre mi luna en espera.
Y río con dignidad ruborizada por tu fuego de astro que me alcanza,
y la sangre agita versos para ti.
Hombre de ebria experiencia,
que vas frescamente sobre las ramas verdes,
sobre las hojas secas de algunos días.
Abrazadme!
aleteame en el alma paloma.
Has ruido en mi campo triste.
Dadme la humedad de esos besos florecidos.
Quédate tranquilo entre la yema de mis dedos que acarician tus labios en la flama de mis sueños.
Alumbrad mi alba teñida de miedos.

Albert Hernández.